¿como se forma un planeta?

La mayor parte del disco de gas que rodea a una estrella es barrido por ella misma. Gran parte del gas restante se pone tan caliente y adquiere tanta energía que se "fotoevapora", o escapa al poderoso sistema gravitatorio de la estrella y se dispersa en el espacio. Los científicos sospechan que si una gran parte del gas se fotoevapora demasiado rápido, la estrella pierde su oportunidad para formar planetas gigantes gaseosos.

Los científicos creen que los planetas se forman cuando las partículas de polvo en el disco alrededor de una estrella se empiezan a aglomerar y continúan creciendo y agrupándose en un proceso de acreción durante millones de años. Algunos de estos ladrillos planetarios se unen entre sí, creando los futuros planetas rocosos como la Tierra, o los núcleos de los planetas gigantes gaseosos como Júpiter. Los núcleos planetarios más grandes, ejercen mayor gravedad. Si un núcleo llega a tener la masa suficiente, su gravedad se hace tan poderosa que atrae gas del disco protoplanetario, creando una atmósfera.

Los astrónomos se han valido durante años del neón ionizado para estudiar la formación de las estrellas masivas, novas y núcleos galácticos, lugares todos donde el entorno es de altas energías y de condiciones muy severas, así que fue una sorpresa encontrar esta emisión de neón desde estrellas como el Sol y capaces de llegar a tener planetas a su alrededor. El neón podría resultar ser un marcador importante del gas remanente en los discos que orbitan a algunas estrellas.

El neón, un gas normalmente utilizado en los letreros luminosos publicitarios al aire libre desde la década de 1920, es uno de los pocos elementos químicos que no reaccionan químicamente para formar moléculas. No hay mucho neón en la atmósfera de la Tierra, sólo aproximadamente 18 partes por millón. Ni es abundante en el gas que gira alrededor de las estrellas.

Pero cuando un átomo de neón absorbe rayos X de alta energía o luz ultravioleta, se ioniza, o sea, se carga eléctricamente y emite luz infrarroja de una longitud de onda específica. El Telescopio Espacial Spitzer vio la línea espectral de 12,8 micras, una de las firmas infrarrojas del neón.