ÉPOCA DE EXÁMENES. CÓMO RENDIR BIEN

Es sabido que una malnutrición perjudica la salud tanto física como mental, en particular en la etapa académica y más aún en época de exámenes, en donde en cansancio físico se une al cansancio psíquico...
Para comenzar, debemos saber que, la masa cerebral representa 2% a 3% del peso corporal; sin embargo, en la absorción de energía representa hasta un 20% de la energía contenida en los alimentos. En este caso vale decir que, los glúcidos o carbohidratos (azúcares) son los que proporcionan la energía que se absorbe como primer recurso, si éstos no son suficientes, el organismo toma la energía proveniente de proteínas o lípidos (grasas), que son más bien, fuentes de reserva de energía.

Generalmente, se cree que frente a la presión de las pruebas o exámenes hay que aumentar la ingesta de energía, sin embargo, no hay que aumentar las calorías. Lo que hay que hacer es, elegir bien los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del Sistema nervioso Central, como también para la transmisión de impulsos y transporte de oxígeno a las células; ya que están directamente relacionados con la memoria, rendimiento intelectual, estado de ánimo, la capacidad de concentración y retención de información "inmediata".p032_f01-111x111.jpg

Especialmente para rendir bien en los exámenes, lo primero es sin duda, la disposición anímica y conocer nuestra capacidad para el estudio y en base a éste elaborar un plan de estudio, pero en este momento veremos de qué manera nos puede ayudar la nutrición.

Los nutrientes necesarios son:

Vitaminas del complejo B: B1, B3, B6, B12, Ácido fólico.

Vitamina E

Minerales: Magnesio, Potasio, Zinc

Oligoelementos: Litio, Silicio, Cromo, Selenio. (Éstos se encuentran ampliamente en la naturaleza y nuestro cuerpo los necesita en muy pequeñas dosis)

 

 

 

MUY IMPORTANTE. HIDRATACIÓN

 

Jornadas de estudio de muchas horas, alteración en el ciclo del sueño, nervios, estrés, etc. son situaciones típicas para los estudiantes españoles en épocas como esta de exámenes . La mayor parte de ellos desconoce la relación que existe entre la hidratación y su rendimiento mental.

A medida que el cuerpo va perdiendo líquidos, la capacidad intelectual va disminuyendo de forma progresiva y son muchas las funciones cognitivas que se ven debilitadas. De hecho, una mínima deshidratación ya puede tener consecuencias en el rendimiento mental.

Según el estudio Hidratación y Rendimiento Cognitivo dirigido por el Profesor Dr. José Antonio Flórez, catedrático de Ciencias de la Conducta de la Universidad de Oviedo, con pérdidas del 1% aumentan los tiempos de reacción y disminuye la memoria. Las pérdidas del 2% de líquidos disminuyen la atención

A partir del 2% se producen pérdidas momentáneas de memoria, disminuye significativamente la atención, las respuestas reflejas, la coordinación psicomotriz, la voluntad y pensamiento, y la coordinación visual y motora. Si se pierde más del 3% de los líquidos corporales pueden aparecer fuertes dolores de cabeza, alteración en la destreza, y desorientación. Y cuando las pérdidas superan el 6% es frecuente que se produzcan delirios y/o alucinaciones, disminuye drásticamente la memoria a corto plazo y la capacidad de concentración.

Recomendaciones:

  • Beber de 2 a 3 litros al día incluyendo variedad de bebidas. Además de agua, beber infusiones, refrescos, zumos, lácteos, caldos, etc. ayuda a alcanzar la cantidad necesaria.
  • No esperar a tener sed, pues esta sensación aparece cuando ya existe una cierta deshidratación.
  • Estudiar en un lugar con buena luz y ventilación y tener cerca de los apuntes una botella de alguna bebida que recuerde la necesidad de beber regularmente. Así será más fácil hidratarse en cualquier lugar, como en la biblioteca, en clase o en el trabajo.
  • Hacer descansos de cinco o diez minutos cada dos horas para despejar la mente. Aprovechar esos momentos de relajación para beber. El sabor de las bebidas puede ayudar a hacer más apetecible este hábito.